Alarmante contaminación del río Salado: plaguicidas, metales pesados y residuos industriales
La Unsam, el Inta y la UNL realizaron un informe donde se revela que la cuenca baja del río Salado esté siendo afectada por la actividad agrícola y los desechos industriales.
Un estudio elaborado por investigadores de la Unsam, UNL e Inta y recientemente publicado por la revista internacional Science Direct expone la grave contaminación que se está dando en la cuenca baja del río Salado a causa de las industrias del cuero, la metalurgia, la agricultura y la láctea, entre otros.
El investigador del Conicet y profesor titular de la Cátedra de Ecotoxicología de la UNL, Rafael Lajmanovich, fue uno de los integrantes de este proyecto que detalló las otras consecuencias al medio ambiente y la vida de los pobladores.
“Calidad ambiental y ecotoxicidad de sedimentos de la cuenca baja del río Salado sobre larvas de anfibios” fue un trabajo multidisciplinario, las investigadoras del Unsam, Julieta Peluso y Carolina Aronzon, realizaron la mayor parte del estudio; la derivación de la muestras se hicieron en el Inta donde se encuentra Virginia Aparicio; y por parte de la UNL estuvieron involucrados Ana Paula Cucio, Paola Pelzer y Rafael Lajmano.
En marzo de 2022 se tomaron las muestras de tres lugares, el arroyo Cululú, Esperanza, y Santo Tomé. “El índice de calidad del agua se mostró marginal para todos los sitios, influenciado principalmente por bajos niveles de oxígeno disuelto, altos niveles de sólidos suspendidos totales, fosfato, nitrito, conductividad, Pb, Cr y Cu.
Las concentraciones de metales fueron más altas en los sedimentos que en las muestras de agua (34-35.000 veces). En total, se detectaron treinta plaguicidas diferentes en todas las muestras de agua y sedimento”, señala el informe.
A causa de esto se dio la mortalidad de larvas, principalmente en el arroyo. “Según los datos fisicoquímicos y la evaluación de ecotoxicidad, esta importante cuenca fluvial está significativamente degradada y puede representar un riesgo para la biota acuática, especialmente para las larvas”, se indica en la publicación científica. Los contaminantes en los sedimentos amenazan la vida acuática debido a la acumulación potencial durante largos períodos, y en muchos casos “se encuentran por encima de los límites aceptados por las normas internacionales”.
En particular, la cuenca baja del río Salado, afluente del río Paraná medio, atraviesa regiones industriales, agrícolas y urbanas del norte argentino. Estudios previos en aguas y sedimentos de esta cuenca, determinaron la presencia de metales, como cromo, cobre, hierro, manganeso y plaguicidas, como el glifosato y su metabolito (ácido aminometilfosfónico; AMPA), atrazina y 2,4-D.
Sobre este último punto, el docente de la UNL aclaró: “Cuando uno estudia un curso de agua no es tan fácil saber exactamente de dónde viene la contaminación. Es difícil atribuir a una industria en particular, es muy arriesgado decir es de este lugar cuando uno estudia la contaminación de un río que es un tramo. Este trabajo no tiene como objetivo identificar quiénes contaminan, sí tiene como objetivo mostrar la calidad de agua del curso inferior del río Salado. Esa calidad de agua no es buena para la vida acuática”.
En la conclusión del estudio, afirman: “La calidad ambiental degradada observada en la cuenca del río Salado amenaza los servicios socioculturales, la población humana y el medio ambiente“.
Respecto a las consecuencias en la vida humana, Lajmanovich señaló: “Hay muchos pobladores que viven de una u otra manera del recurso que brinda en río. Los ríos tiene mucha injerencia con las poblaciones humanas y que este río y otros están contaminados obviamente termina impactando sobre la vida de las poblaciones que viven al costado de esos ríos”. El estudio “no hace ninguna caracterización en cuanto a la salud humana”.
Dentro de las acciones que se pueden llevar a cabo para mitigar esta situación, el investigador resaltó: “Al encontrarse tantos residuos, tanto de plaguicidas como residuos que potencialmente que vienen de las industrias hay que regular esa aplicación y ese uso de sustancias para que no lleguen al cuerpo de agua o lleguen menos. No hay duda de que están llegando porque sino no se detectaría en tal cantidad”.
Tomado de Diario Uno